Fallas en la distribución de los Clap agravan desigualdad tras seis años de su creación


Las bolsas de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), implementadas como una solución temporal a la escasez de alimentos en Venezuela en 2016, se han convertido en una herramienta clientelar del gobierno de Nicolás Maduro, según denuncias de beneficiarios en ocho estados del país.

Caracas. Una vez al mes, cada mes y medio, seis meses o “de vez en cuando”, así de impreciso e irregular. La larga espera es lo único que tienen asegurado los beneficiarios de las bolsas o cajas de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) en gran parte del país.

Crónica.Uno hizo una revisión en ocho estados, incluido Distrito Capital, sobre la situación actual de la distribución y el contenido de las bolsas Clap. Gracias al testimonio de vecinos, dirigentes políticos, gremiales y locales, asi como trabajadores de dependencias públicas se comprobó que en los últimos cuatro meses, entre julio y noviembre de 2023, han sido frecuentes los reclamos en torno a la entrega de las bolsas de alimentos del programa.

Todos los consultados, en zonas de distinto poder adquisitivo de Monagas, Barinas, Bolívar, Sucre, Táchira, Nueva Esparta, La Guaira y Caracas, coincidieron en que el programa más que una solución se ha vuelto parte del problema, al profundizar la desigualdad en el acceso a la alimentación.

Ni para una familia

Es poco lo que llega, cada vez es menos lo que trae esa bolsa, dijo entre suspiros Ana Zambrano, una ama de casa residente del sector Pirineos, en la ciudad de San Cristóbal, estado Táchira.

Según Zambrano, desde el mes de febrero pasado se acentuó el retraso con la entrega de la bolsa de los Clap en esa zona. En su cuenta el beneficio ha llegado cada tres meses, en promedio, al menos en el último año.

El recurrente retraso solo se ve compensado por el bajo precio, equivalente a un dólar, que fue lo que la ama de casa pagó por la última bolsa. En el monto se incluyó el costo por el traslado. Aunque tal compensación es ficticia, pues el bajo precio, justificado por el subsidio oficial, es un reflejo de la baja calidad y cantidad del contenido de la bolsa.


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