Tras triunfo de Machado: ¿buen clima para el reencuentro de la oposición?

 


23 octubre, 2023Por Ricardo Sucre Heredia

El 22 de octubre se realizó la primaria organizada por la plataforma unitaria para seleccionar al candidato de este sector de la oposición, el más relevante. Pese a las “bolas” semanas y días previos que vaticinaron un día del juicio final, la jornada transcurrió tranquila. Esto es importante. Es lo cualitativo de la primaria. Quienes votamos, nos quedó un sabor grato, de cumplir, de participar, de camaradería entre las personas. Fue un momento para el encuentro. Todo apunta a la victoria de María Corina Machado. De ganar, se verá la verdadera María Corina. Siempre jugó en terreno seguro y ganancioso -el de la “dignidad”- ahora le tocará actuar en el terreno político, en la donde la “dignidad” tiene otros criterios. Si Machado viene con la estrategia de la “presión y el quiebre”, su fracaso está asegurado. Si viene con la intención de articular y coordinar a la oposición como alternativa creíble, María Corina tiene una oportunidad. Las primarias dejaron un buen clima para el reencuentro dentro de la oposición ¿Machado podrá articularlo, cuando sus antecedentes son lo contrario? Es lo que se verá. María Corina ganó, pero está a prueba

Caracas/Foto: AFP. Mi análisis de las primarias del 22 de octubre será en dos entregas. La primera –hoy, lunes 23- que consiste en una primera impresión. Un análisis en caliente y con la piel. Lo primero que percibí y mis impresiones de la jornada. La segunda entrega será el lunes 30, con un análisis más cuantitativo sobre los resultados.

Escribo este análisis el domingo 22 a las 5pm. La impresión y lo que observo es que fue una excelente jornada en la que el público se expresó. No pocos descubrieron que las personas aprecian y quieren votar. Esto se mantiene como una constante: la relevancia del voto para el pueblo. Algunos lo descubrieron ayer.

Al momento de redactar este análisis no hay datos oficiales de participación. A finales de agosto de 2023, en sus boletines de análisis, mi oficina pronosticó una participación aproximadamente del 8% del REP que se empleó para las primarias (poco más de 20 millones de votantes). Serían poco más de 1,6 millones de personas. El voto en el exterior puede acercar la participación total a 1,8 millones. Ese fue el pronóstico de la oficina. No sé si se dará o no, pero el ambiente que noté hoy es de una importante movilización.

Hay dos cosas a destacar como análisis de la votación del domingo.

La primera, es que a diferencia de la primaria de 2012 y otros eventos electorales en los que la oposición participó, la apreciación del domingo 22 es más cualitativa que cuantitativa.

Cerca de 2 millones de participantes es una buena cifra -si es así al final- pero no la mejor para la oposición (si se compara con 2012, por ejemplo). Se pueden aducir explicaciones tipo la situación del país, que los partidos no están en su mejor momento, la diáspora, el peso del sistema autoritario, los ataques y presiones a la comisión de primarias, en fin, muchas razones, pero no es la mejor cifra que la oposición ha logrado, si se ve en frío. Esta tuvo una mejor participación en las elecciones de 2021 y en las de 2018, las que para cierta oposición no existen. Así que el punto cuantitativo es importante -mérito de los votantes y de la Comisión de Primarias la que pudo llevar el proceso con todas las dificultades vistas en el camino, y gestionarlas con éxito- pero más relevante es lo cualitativo.

Sí es la primera primaria autogestionada y que tuvo una estructura y organización, a diferencia de las consultas de 2017 o 2020 que no la tuvieron o menos. Todavía esperamos las auditorías.

No es la primera vez que la gente se expresa sin el CNE y sin el Plan República -sin “ley seca”, inclusive- pero sí es la primera vez que lo hace de una manera organizada. La primaria tuvo sus reglamentos, su estructura, sus procedimientos, y las personas pudieron expresarse sin la presencia del Estado, y hacerlo de manera exitosa. Eso es lo cualitativo. La primaria dejó un sabor de éxito, de misión cumplida uy bien. 

Esto es un punto importante para la oposición -para mí no tanto- demostrar que puede hacer una primaria autogestionada, sin el CNE (yo era partidario de hacerlas con el CNE). Tener su propio espacio, su propio clima, sin la presencia del Estado, es lo que se manifestó el domingo. La gente -la que vi, al menos- estaba feliz porque no sintió la mano del Estado, “voté rápido, sin captahuellas y todo ese aparataje”, comentaban. Esto sí es una diferencia de orden cualitativo y no cuantitativo.

Lo cuantitativo lo que muestra es que la oposición tiene su piso de votos que puede estar en los dos millones de personas. Una base que responde ante el llamado para ir a elecciones, en cualquier circunstancia. Esto no es nuevo porque ese piso se manifestó en las presidenciales de 2018. Falcón solo sacó casi 2 millones de votos. Si se suman los votos de Bertucci, la cuenta es poco más de 3 millones de sufragios. Hay que recordar que en las presidenciales de 2018 la oposición llamó a abstenerse.

La novedad hoy es que las personas sintieron que el proceso es suyo. Contaron “papelito por papelito” y buena parte de la oposición necesitaba eso. Fue como un destape. Es lo que llamaron “resistencia”. Cierta oposición se siente oprimida y al tener una elección propia, fue el “desafío”. Fue la toma de conciencia. Fue como salir de la opresión. Como un refundarse sobre unas elecciones construidas por los partidos, movimientos, y los ciudadanos, sin presencia del Estado vía CNE o FAN.

Cierta opinión pretende legitimar una matriz que “por primera vez” o “decían que la gente estaba desconectada de la política”, para construir una de las famosas “narrativas”. Esta opinión insiste en el momento fundacional para la “oposición de verdad” que comienza en 2014 o 2017 -antes no hubo oposición, según este grupo- para legitimar una manera de hacer frente al gobierno. Ese sector puede intentar legitimar su historia, pero la realidad es otra: se expresó la base opositora lista para movilizarse como lo hizo en otros momentos. Su algunos lo descubren ahora, es su problema.

Por ejemplo, esa opinión legitimó a ciertas voces como la expresión “joven” de los cambios y de la ruptura con la “vieja política”.

A tenor de los comentarios en tuiter durante la primaria, no pocos preguntaron “¿dónde están los jóvenes?”. La base opositora se mantiene como una de gente madura. Las “nuevas voces” ni siquiera pudieron entusiasmar a sus pares, y cómo las vendieron y venden en redes sociales. Luego, no estamos en un momento refundacional o de épica, sino en un momento en que la gente expresó su apoyo al voto como instrumento de lucha política.

Lo segundo a destacar como análisis es la casi probable victoria de María Corina Machado –al momento de escribir, los candidatos estaban en la comisión de primarias, pero todavía no hay resultados oficiales, redacto a las 9:30pm- cuyo significado es que María Corina entró con su propio mérito en el concierto de la oposición, de la que fue subestimada. Tampoco su apoyo a la fracasada estrategia de la “presión y el quiebre”, la ayudó a ser aceptada. Pero fue menospreciada en cierta parte de la oposición que si “Juana la loca”, etc. Hoy, esos adversarios se deben tragar sus palabras. Con su esfuerzo, Machado se ganó su espacio dentro de la oposición. Ese es el significado político de la primaria, no electoral.

Como todos los movimientos de la oposición luego de la muerte de Chávez, María Corina se separó de la MUD –ella asistió a las reuniones estratégicas o “encerronas”, es decir, iba a las actividades de la Mesa- y jugó su juego en solitario que le produjo rédito porque la construyó como la impoluta frente al resto con mácula. Un ejemplo es el tuit del secretario de su movimiento, Henry Alviarez, quien escribió que luego del 22, “iremos por la oposición cómplice”. Un triste mensaje pero que encierra lo que le granjeó apoyos que fue el fracaso de la oposición del G4 en desalojar a Maduro. Ella capitalizó este sentimiento anti-G4. 

Pero María Corina ahora está en una posición diferente. Ya no es “pedir agua” -o “pizza”- sino “dar agua” -espero que no “pizza”- y se nota en cierta circunspección de la candidata. En cierta moderación en sus palabras.

Me comunica que está consciente que tiene que articular dentro de la oposición, no borrón y cuenta nueva. Que debe “vencer y convencer” porque venció, sí, pero debe convencer a parte de la oposición que tiene capacidades y habilidades políticas. Ahora veremos a la verdadera María Corina. A sus capacidades. Jugó siempre en terreno seguro -“la dignidad”- pero no en el terreno de la política. Ahora deberá actuar en este terreno para articular y coordinar a la oposición y promover una opción de poder creíble. No es tarea fácil para una persona que juega sola y en términos de calificar al resto de manera dura, muy visible en el público que la apoya, muy buenos para destrozar a personas en redes sociales, muy malos para el oficio del poder. Que María Corina gane, significa el regreso de “la presión y el quiebre”.

Queda ver si tiene algún aprendizaje desde 2013. Si hará lo mismo o mostrará mayor habilidad política. Como comenté, María Corina está más comedida. En el acto de apoyo de VP el 13-10-23, habló de la “humildad”. El tiempo hará valer sus palabras.

Otro punto importante va al sector “de las reglas del juego” que representó Capriles y Prosperi, quien cerró una campaña que no fue brillante pero no fue mala. Luego, tuvo un comportamiento muy irresponsable. AD se deslindó de su candidato luego de un video que apareció el día de la primaria, en el que el dirigente dejó ver que desconocería los resultados.

El mensaje va al sector en donde me inscribo, que es el de “jugar con las reglas del sistema autoritario y ganarle”. 

No caló en el público. Al menos en principio. Determinar las razones del voto no es fácil. Son muchas. No creo todos hayamos votado para endosar la estrategia de “la presión y el quiebre”. Ni siquiera todos los que votaron por María Corina.

No se puede aplicar la fórmula engañosa que Chávez usó en 2006 –que seguro se querrá emplear ahora con el triunfo de Machado- para decir que “quien votó por María Corina, votó por la presión y el quiebre”. Si es así y es lo que se pretende imponer, María Corina fracasará como fracasó Guaidó. Quienes hoy la elevaron al altar, mañana la olvidarán como sucede con el dirigente de VP. Espero que el voto por María Corina no sea algo como “nada ha cambiado”. Como escribí, si es así, será su fracaso.

Prefiero pensar que el votante reconoció su trabajo y que es su momento, su turno, frente a opciones que tuvieron su oportunidad. Para mi éste fue su gran fuerte, junto a su tenacidad y disciplina. Fue la que mostró una campaña con gusto, no por obligación. Mostró que quería ganar. Para parafrasear a CAP, lo central para una primaria es querer ser candidato. Ella lo demostró. Los otros no o menos, fuera de Caleca o Delsa que son primerizos y cualquier resultado –salvo que sea muy malo- les da entidad política. Es ganancia para los dos. Pero los candidatos de partido como Capriles o Prosperi no mostraron esas ganas. El de AD tuvo una buena campaña, pero al final mostró su verdadero talante o que no está a la altura de un compromiso como ser candidato. Sencillamente, la tarea de Prosperi era mantener un voto para AD y, luego, construir sobre eso. En política se gana y se pierde. Era reconocer la derrota y, luego, construir en el partido. Lo anterior junto a otros motivos, son los que orientaron mi voto hacia Prosperi el día 22. El candidato de AD falló a quienes votamos por él. 

Prosperi puso en riesgo la memoria de AD y abrió la puerta al sector de María Corina y de la derecha venezolana, que exhiben un anti-AD que culpa al partido de todo lo malo que hay en Venezuela. Es lo que Prosperi debió pensar desde la “ética de la responsabilidad”. Era difícil que ganara, pero sí pudo dejar al partido en mejor posición. Esa debió ser la estrategia. 

El “quiebre” perdió en 2021 pero todo indica que regresará con María Corina ¿Qué pasó con los de centro? ¿Por qué no llegó al público opositor, aunque en 2022 y en enero de 2023 tenían mejor perspectiva (Rosales, por ejemplo, en Datanálisis)? El sector moderado tiene que reflexionar porque, de nuevo, “la presión y el quiebre” triunfó, ahora por la vía de una primaria que le dará más fuerza y legitimidad.

Una interrogante es si este éxito es por causas estacionales -ahora el turno es para María Corina como en el pasado fue para Guaidó- o más estructural: al público de la oposición le gusta su estrategia de la “presión y el quiebre” aunque haya fracasado desde 2013 para sacar a Maduro.

Pienso que la causa que el sector de “participar con las reglas del juego” no caló es porque no se ha construido en su propia identidad. Va a la zaga del quiebre, aunque no le guste, y al final queda como pusilánime y sospechoso. Es el destino de casi todos: Falcón no fue capaz de construir sobre sus resultados en 2018 y prefirió complacer al quiebre con denuncias de fraude, sector que lo detesta ¿Qué es Falcón hoy?

Igual Rosales, quien tiene la claridad del terreno que pisa, pero actuó muy tarde porque él y su partido convalidaron las estrategias que hoy les pasan factura y los debilitan. Veremos si el gobernador del Zulia rompe el sino de Falcón. 

A los partidarios de “jugar con las reglas del sistema” les queda no deslindar –debió hacerse durante la locura del quiebre entre 2013-2021- pero sí construir su propia personalidad, su propia narrativa, aprovechar a sus partidos en los estados, representar al público opositor, hacer oposición real al gobierno autoritario. Es decir, tener un perfil, ser aplomados, y menos avispados. No lo han hecho. Se acomodan a lo que creen es la mayoría y luego se separan, pero no hacen nada. Asumen que la victoria la tienen asegurada solo por la inercia, en la lógica de “ver pasar al cadáver de mi enemigo”. María Corina aprendió de los políticos. Los políticos desaprendieron. Terrible circunstancia. Presentó una estructura para las primarias, su “maquinaria”. El mensaje es claro: los partidos deben renovarse de verdad y no vivir en el pasado, en viejas glorias o en estilos políticos que no calan en la población.

Dentro del respeto a María Corina, mantener su perfil que no es el quiebre. Expresar su visión con respeto, pero con aplomo. No dejarse imponer matrices como pasó durante el interinato. Capriles, Rosales, y Prosperi pagan por una estrategia que no compartieron, pero de la que no dijeron nada o poco. De hecho, Prosperi criticó la estrategia del quiebre…¡el 21 de octubre, un día antes! Debió haberlo hecho desde el principio. La consistencia paga. No dejarse derrumbar por adversidades o porque no te quieran, paga. Es mejor como dice Golda Meier, palabras más, palabras menos: preferible es antipático pero vivo, que muerto pero simpático. El G3 escogió ser simpático. Hoy está cerca de la muerte, que es lo que significa la victoria de María Corina.

Por lo pronto, el buen clima de las primarias abre la oportunidad para que la oposición se reencuentre y defina una estrategia aceptada por todos, lo que significa que los ganadores deberán escuchar a sus pares de la oposición, les guste o no. Igual los partidos con Machado.

Felicitaciones a la ganadora y a su equipo. A los ciudadanos que volvieron a mostrar su apego al voto, que no abandonan. A la comisión de primarias por su persistencia. Al ganar, corresponde apoyar a María Corina en sus esfuerzos por articular y coordinar a la oposición, al tiempo que, como analista, debo mantener un espíritu crítico frente a sus acciones. Son tiempos de responsabilidad, no de la parejería y “anotarse a ganador” de los vivos y saltimbanquis que abundan en la “Venezuela civil”.



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