Machado lidera encuesta Delphos pero la sociedad no reciclará fracaso de «presión y quiebre»


 
El Cepyg presentó un estudio de Delphos con campo en junio de 2023. Los números fueron celebrados por cierta oposición, que ahora gusta de las encuestas (como del voto y de la unidad). En general, Delphos halló que, si se compara con su estudio de noviembre de 2022, la sociedad tiene más disposición a protestar y que la primaria movilizará al público que apoya a María Corina Machado. Por eso la felicidad de cierta oposición. Valida con números de encuestas que es su momento. Sin embargo, los cambios no sugieren que sea un regreso a 2014, 2017, o 2019. El país es otro. Busca una definición para expresar sus agravios y opiniones pero de forma diferente al pasado. Que tenga más disposición a protestar no significa que persiga un nuevo episodio de “la salida” o de “la presión y el quiebre” como calcula cierta oposición con la reciclada receta del “desafío”. Venezuela es otra aunque parece la misma. Todavía no se asume en lo que es. Esa conciencia es la que ahora se fragua



Caracas.- En una actividad del Cepyg de la UCAB, Delphos presentó un estudio de opinión nacional con campo entre el 19 al 26 de junio.

El 16-1-23 escribí para El Cooperante un artículo que analizó el estudio Cepyg-Delphos de noviembre de 2022. Comenté dos conclusiones, las más relevantes a mi modo de ver: la sociedad está desmovilizada y las primarias serán para los más convencidos dentro de la oposición.

En junio de 2023 lo anterior cambió un poco. La sociedad está algo más movilizada en lo político, pero no mucho. Sobre las primarias, efectivamente serán una competencia a la que irán los más convencidos (por eso el aire de triunfo de María Corina Machado en el público que la apoya, el cambio de los abstencionistas a la “votomanía” y ya no son comisarios políticos sino “campeones de la unidad” que reclaman la “foto todos juntos”). 

A partir del estudio de junio de 2023, pueden decirse tres cosas diferentes con respecto a lo hallado al examinar la encuesta de Delphos de noviembre de 2022.

La primera es que, si bien la sociedad tiene más disposición a movilizarse que en noviembre de 2022, no es igual al pasado. La campaña de María Corina Machado busca comunicar que, con ella, vendrá otro 2019 o 2017. La dirigente de Vente triunfa en la oposición, pero la magnitud de su éxito es más pequeña si se compara con la que Guaidó tuvo en su momento.

Aunque son preguntas y firmas diferentes, para Datanálisis, Guaidó llegó a tener 61% de aprobación en febrero 2019 en la pregunta que evaluó su gestión en ese momento. Para Delphos en junio de 2023, el 33% expresó que María Corina es la líder de la oposición.

María Corina reina como líder de la oposición, pero no de manera global. Es un “reinado” más pequeño, compacto. Como se nota en el gráfico, la suma de 13 dirigentes distintos a Machado llegó a 17,2% casi la mitad de lo que ella tiene sola.

Como contrapeso, lo que Machado tiene es al “Ninguno” que es 33% y si se le suma el No sabe, que es 16,5%, casi el 50% se ubica en estas dos categorías. De otro modo, de cada 10 venezolanos, 5 no ven a ningún líder en la oposición o no saben, 3 apoyan a María Corina, y 2 se reparten entre 13 dirigentes. María Corina se mueve en su tradicional “33%” (en Datanálisis, según un tuit de Vladimir Villegas con fecha 4-8-23, Machado tiene un 32% de intención de voto para la primaria seguida de Capriles con 19%).

En noviembre de 2022 para Delphos, María Corina tenía 6% y 13 dirigentes el 30 por ciento. Los Ninguno + No sabe (NNS) sumaron 63,8%. En 7 meses, Machado subió 27% los 13 dirigentes bajaron 13 puntos y los NNS 14 puntos (números redondeados). El 27% de María Corina viene de allí: de los dirigentes y los NNS que cayeron, y le aportaron 27 puntos, pero no pasa de su 30-35 por ciento histórico de aprobación (en Datanálisis). Es decir, no ganó nuevos apoyos sino tomó de otros dirigentes y de los NNS.

María Corina destaca porque los dirigentes políticos están desacreditados. En la pregunta si podría votar por (nombre del dirigente), un 40% afirmó que lo haría por ella frente a un 37% que “jamás votaría por ella”. Es decir, Machado tiene sus resistencias que le ponen techo. Es menor si se compara con el de otros dirigentes: el promedio de “votaría por” (Rausseo, Capriles, y Rosales) es 17,5% y el promedio de “jamás votaría” por estas tres figuras es de 61,3 por ciento. María Corina es la figura menos desgastada, la que queda, la menos cuestionada del elenco de figuras de la oposición, pero tampoco concita un amplio apoyo de la opinión pública.

Machado puede ser la figura de la oposición que antes apoyó a Guaidó. Dentro del bloque opositor, es el 22% -“Oposición que apoya al liderazgo”- y dentro de este sector del bloque, un 68% votaría por Machado y un 13% “jamás lo haría”. Para los tres dirigentes de la oposición comentados antes, la relación es 28% y 52 por ciento respectivamente. En otras palabras, para la oposición que apoya al liderazgo, es mucho más aceptable votar por Machado que por Capriles, Rausseo, o Rosales.

El gráfico a continuación parece contra intuitivo porque, antes, señalé que Machado es respaldada por el sector de la oposición que “apoya al liderazgo”, pero el gráfico deja ver otra cosa. Quizás sea por un mal análisis de mi parte o de los términos con los que Delphos define el bloque de la oposición, los que no parecen claros (o no los entiendo, que es cierto de paso).

Por ejemplo, Delphos habla de la oposición que apoya al liderazgo y la que no lo apoya, pero el gráfico refiere a la oposición dura y a la oposición blanda ¿Son lo mismo? Se pensaría que el bloque duro es el que apoya al liderazgo, y el bloque blando el que lo critica, pero no estoy seguro si son equivalentes al analizar el gráfico. Presento una hipótesis arriesgada para explicar lo que parece contra intuitivo:  

María Corina y, en menor medida, “Er Conde” son las opciones de sectores que no se identifican con partidos o los más críticos con la política (también grupos que han sido descuidados por los partidos, sean del gobierno o de la oposición).

Es curioso el apoyo a candidatos en la variable autodefinición política. Se pensaría que los apoyos a Machado son de la oposición “dura”. Son importantes, pero su pico de apoyo está en la oposición “blanda” con casi el 60 por ciento. Destaca que María Corina tiene apoyos en el “chavismo blando” que pasan del 20 por ciento.

Aquí viene la hipótesis arriesgada para explicarlo. Machado es la opción de sectores que pudieran llamarse los “olvidados o abandonados” por la política convencional, la que es más militante y cercana a los partidos. Por ejemplo, Capriles y Rosales reciben sus apoyos mayormente de la “oposición dura”. La pendiente es positiva para los dos. Es decir, son opciones para los más “militantes” mientras que Machado es la alternativa para los “desencantados militantes”, en tanto que Rausseo es para los “desencantados” a secas (los Ninguno), que es su pico en respaldos con casi el 20% pero en los extremos -oposición dura y chavismo duro- cae.

Quizás por esto el “fenómeno María Corina”, porque no toca a los militantes sino a sectores olvidados, descuidados, que renunciaron a sus afectos políticos.

La inercia y el status quo se focalizan en los grupos militantes, pero descuidó a los que no son, que es la mayoría o son franjas importantes de la población. Tal vez por esto sus apelaciones místicas y religiosas -también es su estilo y personalidad- porque conectan con los “condenados de la tierra” y los “cabecitas negras” que produjo el conflicto civil venezolano y que la inercia del bienestar de las elites olvidó, porque están muy bien dentro del “régimen”, sean del gobierno, de la oposición, o de las que “no se doblan”.

Si se observa por grupo de edad, Machado es la candidata de los jóvenes y “maduros jóvenes”, y menos de los grupos con más edad. “Er Conde” es el candidato de los jóvenes, pero menos de los “maduros jóvenes”. Son grupos de edad que posiblemente viven la crisis con mayor intensidad. Los jóvenes, para definir un rumbo en la vida; los “maduros jóvenes” porque ya tienen un camino recorrido, pero no lo quieren perder sino avanzar. Buscan opciones independientes como Rausseo y María Corina porque en el status quo que asocian a los partidos, no ven un futuro. Una tendencia similar por parte de este grupo de edad se reveló en Latinobarómetro de 2023.

En otras palabras, los partidos le hablan al status quo, a quienes no están mal con la situación sean chavistas o no. Los candidatos independientes o que no son de partidos conocidos le hablan a los olvidados, a los excluidos no necesariamente de la economía, sino una exclusión social, política, perceptual, de identidad, generacional; le hablan a los que viven una privación relativa que puede ser un joven de 20 o una persona en sus 35 años, por ejemplo, que no conectan con los mensajes de los partidos, que los ven como tradicionales o “más de lo mismo”. Machado y “Er Conde”, en cambio, rompen con estos contenidos. De aquí la pegada de la primera y, con menos intensidad, del segundo.

En sencillo, Machado y Rausseo le hablan a los que nadie les habla, lo que muestra las “dos Venezuela” –la de las elites y la de los empleados- comentada en un artículo de abril de 2023 para El Cooperante sobre la privatización de PDVSA. La novedad es que la exclusión no es necesariamente por ingresos económicos sino por percepciones de grupo e identidad. Por “incongruencia de status” que es lo que Machado toca con su candidatura y por eso su crecimiento.

Si esta hipótesis tiene base, María Corina efectivamente entra en el grupo de los candidatos “populistas de derecha” porque su mensaje llega a las personas que se sienten fuera del sistema político, no tomados en cuenta, o que sus historias y vidas no interesan a la política “tradicional”. Tal vez por este motivo, el juego que Machado hace con la imagen de Chávez. Este le habló a los “olvidados de la Venezuela” de los 90. Ella lo hace con los de la Venezuela de 2023. 

Lo segundo diferente con respecto a lo hallado en el estudio de Delphos de noviembre de 2022, es que se mantiene un desencanto en la opinión pública con respecto a la política, a pesar de la relativa activación del público. Los Ninguno + No sabe (NNS) son importantes desde el punto de vista cuantitativo.

Se mencionó antes que esta suma está casi 20 puntos por encima de la percepción de liderazgo en la oposición que lo tiene María Corina que es del 33 por ciento, y casi 35 puntos por encima de la suma de los respaldos a 13 dirigentes de la oposición en esa pregunta (¿quién es el líder de la oposición?).

Pero hay otros indicadores. Por ejemplo, un 54% expresó que un cambio de gobierno es “muy necesario”. Si bien creció con respecto a noviembre de 2022 -cuando fue un poco más del 40 por ciento- es una cifra importante, pero es poco más de la mitad de la población. Si se agrega un 31% que expresó que es “necesario”, llega al 85% pero la urgencia para el cambio está en una ligera mayoría de 5 de cada 10 venezolanos. Es un valor importante pero tampoco es una cifra demoledora, si se contrasta con el discurso del “Estado fallido” o de “crisis humanitaria compleja” que son los puntales del discurso opositor. Hay un cierto desgano para cambiar (que puede ser “falsa conciencia”, pero eso ya es otro análisis).

En la pregunta sobre intención de voto en las primarias, los NNS sumaron 28 por ciento. Este sector de decepcionados o no informados no es desdeñable.

Finalmente, a diferencia de 2019, en esta ocasión no parece habrá “cheques en blanco” como Guaidó los tuvo en su momento, para quien lidere la oposición.

Aunque Delphos no incluyó preguntas acerca de la adhesión a los partidos, no parece el momento de estas organizaciones. En la oposición que apoya al liderazgo, un 53% votaría por Vente y un 24% “jamás lo haría”. El promedio para los partidos del G4 -AD, PJ, UNT, y VP- es 22,6% y 55,4% respectivamente. Con los partidos ocurre el mismo fenómeno que con los dirigentes: es mucho más aceptable Votar por Vente que por AD, PJ, UNT, o VP.

Quedará ver cómo los partidos manejan esta realidad frente a una María Corina con respaldo en la opinión pública. Los partidos están más debilitados que en 2017 o 2019, por lo que deberán decidir si apoyan a Machado sin chistar, la apoyan dentro de la autonomía de los partidos, o no la respaldan, en caso de que gane la elección primaria.

Lo anterior son las diferencias con respecto a 2022 que infiero a partir de los números de Delphos de junio de este año. Ahora paso al estudio de junio de 2023 como tal.

Comencemos con los bloques políticos que se notan en el cuadro 1:

Un detalle es que, en general, los bloques no cambiaron mucho en casi 5 años, con algunas excepciones. Los Ninguno bajaron en el furor del interinato en casi 10 puntos. Se acercaron a 30% pero en junio de 2023 se ubicaron en su histórico 40 por ciento (para Delphos). El bloque opositor tuvo su valor más bajo en 2018, y se recuperó en 2023 casi 6 puntos. El bloque chavista se mantuvo relativamente estable entre 2018 y 2022. Cayó en 2023. Los grupos que se mueven son los Ninguno y el bloque opositor.

La principal transformación es que el bloque chavista bajó y subió el de la oposición. Dentro del bloque chavista, el “resteado con Maduro” disminuyó 7 puntos que se fueron al chavismo moderado, a los No identificados, pero cerca de 5 puntos se fueron al bloque de la oposición que apoya al liderazgo (¿la oposición dura?). Puede ser un “proxy” para hablar que disminuyó el chavismo duro. El chavismo moderado se mantiene igual. Es posible que lo descontentos hayan migrado al bloque opositor, que no sería la primera vez. Posiblemente la situación del país junto a la próxima coyuntura electoral, catalicen los descontentos dentro del chavismo y esto favorece a la oposición porque el bloque subió. 

Con respecto a su mejor número (noviembre de 2022), el bloque chavista bajó 6 puntos. Con respecto a su número más bajo (noviembre de 2018), el bloque de la oposición aumentó 4,6 por ciento. Los Ninguno subieron 8,2 por ciento entre noviembre de 2022 y junio de 2023. Cuatro de cada 10 venezolanos es Ninguno.

La oposición que apoya al liderazgo -que puede ser la oposición “dura”- subió 5,4% y está cerca de 22% del total del bloque. La oposición moderada se mantiene en 16 por ciento. Esta subida de los “duros” puede explicar la emoción que hay hacia María Corina y el clima dentro de la oposición y del país. El gobierno se endurece porque ve el descontento en sus propias filas, y la oposición asume que viene otro momento para sacar al gobierno porque los “duros” dentro del bloque crecieron. El resultado es un clima de opinión más pugnaz. Ser moderado, de centro, de tensión en el centro, no da caché ni es moda. Hoy lo “in” es el “mundo de los extremos o de los patria o muerte” (todos muy cómodos en redes sociales, por supuesto).

Este clima se traduce en una ligera activación de las ganas para protestar. Veamos el cuadro 2:

Las opciones más combativas tuvieron su pico en 2018. La mitad de la población opinó que había que armarse o luchar con riesgos. A partir de ese momento, bajó cerca de 30 puntos para ubicarse en 20% en junio de este año.

Lo que se observa es un ligero aumento en las ganas de luchar entre 2022 y 2023. Si se toman las dos primeras opiniones -armarse y luchar con riesgos- y se suman, entre noviembre de 2022 y junio de 2023 hay un pequeño aumento: de 18 a 21 por ciento.

El punto más bajo en estas dos opiniones fue en noviembre de 2022 con 18% El más alto en mayo de 2019 con 36 por ciento. Hace cuatro años, cerca de 4 de cada 10 opinó que lo que había que hacer era armarse para luchar y hacerlo con riesgos. En 2023, son 1 de cada 5 que piensa así.

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Las tres opiniones restantes -luchar sin muchos riesgos, adaptarse, e irse del país- revelan ligeras disminuciones, pero son las preferidas por la opinión pública. Va a depender mucho sobre qué se sume. Opté por sumar dos grupos. Uno, luchar sin muchos riesgos y adaptarse. Dos, adaptarse e irse de Venezuela. Veamos.

Luchar sin muchos riesgos y adaptarse es la opción para 7 de cada 10 venezolanos. Pero en 2019 fue para 5 de cada 10. Hoy hay más personas que quieren luchar, pero sin tener grandes riesgos y buscan adaptase a la nueva realidad. Individualmente, luchar sin muchos riesgos es la opción para cerca de 5 de cada 10 venezolanos. Se mantiene estable con el valor de noviembre de 2022. Adaptarse bajó 3 puntos. Respalda la idea que la opinión está más ganada para la lucha, pero no como en otros años. Hoy, es hacerlo sin correr muchos riesgos.

Si se suman adaptarse e irse del país, también hay una caída entre noviembre de 2022 y junio de 2023. Hay que destacar que es la alternativa para 1 de cada 3 venezolanos. Es el grupo de repuestas más estable en el tiempo de la selección (entre 2018 y 2023).

Veamos las respuestas en la disposición para protestar del cuadro 3:

En general, se mantiene la disposición para protestar más por los servicios públicos que manifestar en contra del gobierno.

No obstante, hoy existe más disposición para protestar por los dos supuestos. Contra el gobierno se pasó del punto más bajo en noviembre de 2022 en donde 1 de cada 5 dijo que estaría dispuesto a manifestar a junio de 2023 en donde 1 de cada 3 saldría a expresar su molestia en contra del ejecutivo.

Con los servicios públicos, pasó algo similar. El punto más bajo fue en noviembre de 2022. En ese momento, cerca de 4 de cada 10 hubiera protestado. En junio de 2023, manifestarían cerca de 5 de cada 10 venezolanos.

En todos los números de Delphos el momento de mayor desmovilización fue en noviembre del año pasado. Eso cambió discretamente ¿Por qué?

Dos hipótesis. La primera, luego del impacto de la devaluación y la pérdida en la calidad de vida cuyo punto de corte fue el segundo semestre de 2022, las personas concienciaron su mala situación. El gobierno, al no cambiar o innovar en su ajuste económico y seguir con una mediocre gestión, promovió agravios que las personas quieren desplazar. Una vía para hacerlo son las protestas.

El segundo motivo son las primarias y las presidenciales. Sectores de la oposición -los alineados a Machado- observan esta oportunidad y el momento evoca en las personas la disposición para protestar. Quienes expresaron estar dispuestos a manifestar si el ganador de las primarias es inhabilitado, pasó de 20% en 2022 al 34% en junio de 2023.

Esto explica por qué el chavismo inhabilitó a María Corina en este momento. La ve ganadora de la primaria e inhabilitarla en octubre (luego de eventualmente ganar), pudiera haber tenido un efecto como la decisión del TSJ de marzo de 2017, que catalizó las protestas. La lógica del chavismo para 2023 es inhabilitarla antes de las primarias para que la rabia se manifieste previamente a la elección. Que quede allí o busque otras vías, pero que no salga el mismo 22 de octubre porque pudiera disparar protestas masivas como las de 2017.

En el caso de los servicios públicos, es mayor el deterioro de estos. Hoy se leen más apagones, escasez de gasolina, y se mantiene la incapacidad con el agua. Eventos que para las personas resultan insoportables o traen recuerdos muy traumáticos (el apagón de 2019). Protestar puede ser una manera para conjurar esos temores y molestias por tener que volver a vivir situaciones muy desagradables.

Probablemente la intensidad para manifestar no es tan alta como 2019 o antes -2017 o 2014- porque los inhibidores para protestar están presentes. Uno muy importante: el miedo, que creció entre noviembre y junio de 2023. Observemos el cuadro 4:

Si se ven las repuestas entre noviembre de 2022 y junio de 2023, bajaron aquellas que no ven en las protestas justificación o eficacia. Es decir, hay menos obstáculos para protestar, pero también más miedo. En noviembre de 2022, 1 de cada 3 lo expresó. En junio de 2023, es cerca de 4 de cada 10 que consideran que protestar es peligroso o le da miedo hacerlo. Una subida de 6 puntos en menos de un año.

Lo anterior puede ser una barrera para que la disposición a protestar haya crecido en casi 7 meses, pero no a los niveles pre-2022. Hay miedo.

Existe otra causa que apenas muestra su rostro. Un problema de confianza, de cooperación, de acción colectiva.

La sociedad concienció que cuando se protesta, son otros los que ponen el pellejo. La respuesta a por qué no se protesta porque “los demás no saldrán”, subió 3 puntos entre noviembre de 2022 y junio de 2023, lo que muestra este problema de cooperación que puede tener muchas explicaciones. Desde los “free riders” hasta que las personas saben que serán carne de cañón de aventureros que tienen muchas historias de corretear camiones de la GN, pero siempre salen ilesos, son famosos, viven de esas anécdotas, y esperan su momento para volver a las aventuras (ahora para 2024 con el “desafío”). La “socialité de las protestas”. Quizás personas optan por no manifestar al concienciar este particular “free rider” de las protestas.

Finalmente, examino las primarias. El análisis del estudio de Delphos de noviembre de 2022 se mantiene. Las primarias convocan al sector más comprometido de la oposición. Miremos el cuadro 5:

Sencillamente, bajó la no disposición y subió la disposición para participar en esta elección particular. La disposición para participar en las primarias creció mucho entre noviembre de 2022 y junio de 2023. Tomemos las opiniones con más intensidad (seguro votaré y jamás votaré en la primaria).

La primera subió 18 puntos y la segunda cayó 13 puntos. Es decir, 4 de cada 10 manifestaron disposición a participar en la primaria de octubre de 2023. Quienes no quieren hacerlo pasaron de 1 de cada 3 a 1 de cada 5.

Si se busca una referencia para comparar con la primaria de 2012, se tiene el estudio de Datanálisis de diciembre de 2011 -a dos meses de febrero de 2012- en el que un 33,5% de la población expresó disposición para votar en las primarias. Se midió la seguridad de ese 33,5% y al quedarse con los “muy seguros”, 1 de cada 4 venezolano expresó disposición para votar en la primaria de 2012 (con un REP de casi 18 millones de personas). Con las diferencias entre una encuesta y otra, lo que puedo afirmar es que la disposición para votar en la primaria de 2023 es alta. Es 4 de cada 10 venezolanos para Delphos.

A pesar que la disposición a ir a la primaria mejoró, es muy arriesgado afirmar que votarán 8.000.000 de personas (el 40% del REP que fue 21.391.620 al 25-7-21). La pregunta mide seguridad para votar que es un indicador, pero depende de muchas variables que ese número se concrete. Delphos tiene una “variable sintética” que mide la probabilidad para ir a la primaria. Notemos:

Lo que la variable deja ver es que la probabilidad para no ir a la primaria disminuyó, pero mayormente no se movió a una mayor probabilidad sino pasó de una probabilidad baja (25,5) a una probabilidad media baja (36,6). En cristiano, es más probable que con respecto a noviembre de 2022, en junio de 2023 la probabilidad para ir a votar en las primarias sea ligeramente superior. Hay un poco más ganas, pero no mucha. Simplemente se pasó de “muy baja” a “medio baja”. La disposición alta aumentó discretamente.  

Los que parecen dispuestos a ir son los de la oposición que apoya al liderazgo o de la oposición dura. En el estudio de Delphos parecen equivalentes, aunque la firma no especifica cuáles son los atributos de cada uno y esto crea verdaderas confusiones a la hora del análisis.

Un 76,4% de la “oposición dura” expresó seguridad para votar en la primaria. En la “oposición moderada” fue el 52,5% y en los “Ninguno” el 28 por ciento. En otras palabras, la primaria es una competencia mayormente de la “oposición dura”.

De ese 76,4% de “oposición dura” que expresó seguridad para votar en la primaria, el 70,8% manifestó que lo hará por María Corina Machado, seguido de Capriles con el 11,2 por ciento.

Si bien hay preferencias por candidatos, no son inamovibles. Casi el 50% manifestó que votaría por otro candidato si el escogido no participa, y 4 dijeron que no votarían en las primarias por ese motivo.

La preferencia para sustituir candidatos favorece a María Corina Machado. Los votantes de Rausseo, Capriles y Rosales lo harían mayormente por María Corina en un 35% 63% y 46% respectivamente. No sería exagerado afirmar, ceteris paribus, que la primaria de octubre será la “primaria de María Corina”, al menos para Delphos. Si ésta no puede competir, 1 de cada 5 votantes de Machado lo haría por Rosales, Capriles, y Rausseo. El 40% por “otros candidatos”. Es decir, el votante de Machado tiene un voto más disperso si se compara con el de otros candidatos a la hora de buscar un candidato sustituto.

Es interesante porque 2/3 de los que dicen que votarán por Machado, lo harían por otro si ella no es la candidata. Uno de cada 4 afirmó que no votaría en la primaria si ella no va. Es relevante porque el discurso de Machado es “todo o nada” o “hasta el final”, pero la mayoría de sus potenciales votantes no lo ve así si ella, al final, no compite en la primaria. Queda ver si esto se extrapola a una elección presidencial, en caso de ganar la primaria y no poder participar. 

Si bien Machado luce cómoda para las primarias, los números sugieren que tiene techo, como examinamos previamente. Menos que los otros candidatos, pero lo tiene. Veamos el gráfico:

Con Machado, 4 de cada 10 venezolanos votarían por ella y 4 de cada 10 no lo harían. Si bien es menor al de otros candidatos -cerca de 7 de cada 10 no votarían por Capriles, por ejemplo- no es suficiente o la limita para una elección presidencial (si gana en octubre y logra participar en el CNE). Puede ganar la primaria, pero su apoyo sería el de un público principalmente de la “oposición dura” que no es suficiente para ganar en una presidencial.

María Corina llegó a una disyuntiva común en la política: si quiere crecer, debe revisar su posición original, salvo que sienta que puede ganar sin cambiar sus posturas o abrirse a otros públicos (o su estrategia es otra, que no sepamos). Como se escribió al principio del análisis, Machado reina para un público pequeño. Si quiere gobernar, debe salir de ese público lo que supone evaluar sus posiciones e, incluso, su puesta en escena ¿Arriesgará esta fórmula que la llevó arriba? Difícil.

Como balance general del análisis de Delphos de junio de 2023, las hipótesis del análisis del estudio de noviembre de 2022 -que analicé en el artículo para El Cooperante titulado “Informe: Venezuela entre la tranquilidad, el sopor, y la modorra” publicado el 16-1-23- se mantienen, pero con ciertos cambios.

La que cambió es que en junio de 2023 la opinión pública manifestó más ganas de movilizarse que en noviembre de 2022. No con las ganas de 2019 o 2021. Es un ligero aumento en la disposición para protestar. Si es el comienzo de una disposición que crecerá en el futuro, bajará, o se mantendrá así, el tiempo lo dirá. Lo que hoy revelan los números de Delphos es que la opinión pública comienza a evaluar su posición en diferentes temas, pero es un incipiente examen, cuyos resultados todavía es prematuro pronosticar.

Lo segundo que sí se mantiene con respecto a noviembre de 2022 es que las primarias de la plataforma unitaria serán para los más comprometidos de la oposición, sector que favorece a María Corina Machado. En noviembre de 2022 un 63% de los “duros” expresó que votaría en las primarias. En junio de 2023, la cifra aumentó a 76% un 13 por ciento más.

En el estudio de noviembre de 2022 no tomé en cuenta para el análisis la disposición a votar de la oposición blanda, pero su deseo de votar igualmente subió. La disposición de los “blandos” pasó del 37% al 52 por ciento respectivamente, un incremento de 15 puntos.

Lo interesante ahora es cómo se darán esos cambios. La sociedad transitó por un tipo de conflicto político que no sabemos si podrá repetirse (no lo creo). El país vive una estabilidad, les guste a sectores o no les guste, aunque todos la disfrutan (incluyendo a los “que no se doblan”). Esto tiene un efecto tipo “aforismo de Heráclito” con bañarse dos veces en el mismo río, que no será igual porque al mojarse ya cambian las condiciones del río; el agua y la vivencia de quien se echa al agua.

Algo así pasa en Venezuela. Es el mismo río -el país- pero la vivencia es otra. Si las manifestaciones suceden, a lo mejor serán en otro formato y con otros resultados. Lo que los números de Delphos dejan ver es que la sociedad se ajusta a esta nueva realidad. Todavía no sabe cómo responder. Ni el gobierno ni la oposición. Apelan a sus guiones del pasado, pero el “agua del río” no es la misma. Por eso los números hallados por Delphos. No es lo que fue, pero tampoco será lo que se espera vuelva a ser. Es un intermedio para ajustarse, aclimatarse a una nueva realidad que tendrá sus conflictos, pero de otro tipo y expresión. Es mi análisis de los números de Delphos de junio de 2023.





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